Diseñando en el marco de la economía circular

 

La gran ironía para los que hacemos arquitectura en la actualidad es que dependemos de destruir para construir. Tabiques, varillas y cemento tienen atrás de su producción, el consumo de una gran cantidad de recursos naturales, el gasto desenfrenado de energía en su obtención y, a lo largo de esos procesos, la consecuente emisión de gases de efecto invernadero con repercusiones negativas sobre el medioambiente y el clima. Una vez obtenidos esos materiales, se utilizarán para construir en terrenos «disponibles», por lo que la ciudad seguirá expandiéndose, aumentando su tamaño en detrimento del suelo rural y sus pobladores.

Nuestra atención como sector productivo, por lo tanto, debería enfocarse en la reducción de las emisiones de carbono cuando desarrollemos proyectos. ¿Cómo hacerlo? Moviéndonos hacia la implementación de un modelo enmarcado en el concepto de economía circular que ayude a reorientar las formas de cómo y en dónde construimos. Esta manera de ver las cosas implica entender que la mejor obra, en términos sostenibles, es aquella que no se construye o no usa materiales, y que no ocupa predios vacíos.

En la práctica, el modelo significa mejorar cualquier edificio para que pueda cumplir con estándares energéticos con miras a mitigar los efectos del cambio climático, priorizando el reúso, la actualización, la adaptación y la rehabilitación del stock inmobiliario actual. El común denominador entre estas cuatro estrategias es la reducción de la huella de carbono asociada a los procesos constructivos, aprovechando al máximo todos aquellos inmuebles que ya están en pie y a los que se les invirtió gran cantidad de recursos, pero que dejaron de servir para lo que fueron pensados, se encuentran abandonados o simplemente no presentan las mejores condiciones de habitabilidad.

Tener esa visión, nos conduciría a aumentar la longevidad y mejorar la eficiencia energética de los edificios existentes, reduciendo así la necesidad de nuevas construcciones; ganaríamos, también, edificaciones menos costosas en su operación y lograríamos espacios más saludables para los ocupantes. ¿Por dónde empezar? Tal vez por la tipología que más se construye. Cuando hablamos de vivienda que no está ocupada, por ejemplo, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano estima que se tienen en México 650,000 viviendas sin aprovechar (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, 2022).

Si bien es cierto que para volverlas a habitar primero se tiene que destrabar su situación jurídica, también es prudente reflexionar sobre las razones iniciales por las que no fueron usadas. En ese sentido, además de la ubicación lejana y de difícil acceso, seguramente también influyeron razones relacionadas a la calidad del espacio y al confort ambiental. ¿Cuántas de esas viviendas existentes tienen el potencial de reutilizarse desplazando el empleo de recursos?  Es aquí cuando se justifica un perfil profesional alterno, se necesita un arquitecto, constructor o desarrollador que tenga la sensibilidad, acompañada de conocimiento técnico, para identificar, primero, el potencial de recuperación que muchas edificaciones tienen, para luego abordarlas con creatividad, modificando su desempeño ambiental y transformando el programa arquitectónico inicial que seguramente será necesario revisar.

Es deseable pensar de manera integral, considerando que es un proceso que ve al edificio como un todo: es la suma de muy diferentes partes conectadas entre sí, por lo que no es una simple remodelación de lo puramente estético lo que se plantea. Se trata de que la arquitectura y la construcción sigan aportando al desarrollo de la ciudad, pero no a costa del uso indiscriminado de recursos y tampoco en detrimento de su extensión territorial, sino a partir de la calidad espacial de sus edificios.

El futuro cercano solicita la implementación de modelos que repiensen la forma de seguir generando oportunidades de negocios, aportando siempre al cumplimiento del objetivo de cero emisiones de carbono a favor del bienestar del medioambiente y del mismo ser humano.

 

Referencias

Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. (9 de noviembre de 2022). México y Chile intercambian experiencias en materia de recuperación de vivienda abandonada [Comunicado de prensa].

https://www.gob.mx/sedatu/prensa/mexico-y-chile-intercambian-experiencias-en-materia-de-recuperacion-de-vivienda-abandonada

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