Aumento de la productividad y del bienestar del factor humano

El contexto social, cultural, tecnológico y de salud física y mental; ha llevado a las organizaciones a dar la importancia que merece el espacio de trabajo. Oficinas inteligentes, espacios abiertos, alta tecnología y digitalidad; representan una de las estrategias del desarrollo organizacional, que conlleva no solo al aumento de la productividad; sino al bienestar del factor humano que lo hace posible.

Los espacios verdes, e inteligentes promueven un clima de armonía, cooperación y un mejor rendimiento en los colaboradores. En este sentido; la tecnología, pero también la naturaleza, hacen lo suyo combinados; espacios que conectan con lo básico, pero también con la modernidad. Sin duda; la inversión en el factor humano siempre retribuye, además de prevenir el estrés laboral o burnout.

Por otro lado, el desdibujo de las figuras de autoridad en las organizaciones con liderazgo horizontal, genera congruencia con los espacios abiertos. Se propicia una comunicación asertiva; más abierta, y en todas direcciones, generando así una visión de trabajo en equipo y el logro de objetivos para el bien común.

La importancia que da la organización a la productividad y con ello a la construcción de espacios que la promuevan; no solo repercute en cómo el colaborador la percibe, sino también el cliente. El cliente percibe que la empresa que invierte en tecnología, activos, y además procura el bienestar de los colaboradores; será congruente ofreciendo un producto o servicio de alta calidad. Por tanto, el cliente identifica a la organización como una empresa altamente comprometida y responsable en ambas direcciones; tanto del factor humano que produce; como del cliente consumidor final del producto o servicio.

Muy acertada y necesaria la Norma Oficial Mexicana NOM-035 que regula, protege el riesgo psicosocial y promueve la atención a la salud mental de los colaboradores; lo cual apela a las organizaciones no solo a invertir en tecnología y herramientas para la producción, sino en aquello que es el motor de la organización; el factor humano. Cuando el colaborador es procurado en sus necesidades más auténticas como lo es su bienestar mental (lo cual está íntimamente ligado a su salud física) se percibe apreciado y valorado por la organización; por ende, genera un deseo de permanencia y pertenencia a aquella que se lo provee.

Sin duda, un espacio de trabajo moderno y digitalizado; se percibe como un ambiente laboral inspirador y motivante; que apela al colaborador a estar a la misma “altura” para crear e innovar. Es un “ganar – ganar” en todas direcciones; para la organización, el colaborador y el cliente.

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