Creatividad para todos
Una frase que oigo repetidamente entre las personas que me preguntan a qué me dedico y respondo, “soy fotógrafa” es: “qué difícil, yo no tengo creatividad”, dando a entender que el simple hecho de tener que crear algo de pura inspiración es una tarea enorme y difícil. Les respondo que es cierto, que a muchas personas les es más fácil crear cosas interesantes de la nada, pero que también es algo que uno puede aprender y cultivar. No vas a ser buen fotógrafo solo con tomar una cámara, pero sí debes estar dispuesto a averiguar muchas cosas por ti mismo y ver –y evaluar-, los resultados de cada intento. Lo mismo ocurre en otras profesiones.
Para mí, la creatividad es un proceso donde intentas varias cosas que te ayuden a llegar a un destino final; y donde aprender de cada paso que te llevó a la resolución del problema y a la culminación del proyecto. Y es que, en mi caso, parte de la labor del fotógrafo no solo es ser creativo, es poder resolver problemas con los recursos disponibles en cualquier entorno y con restricción de tiempo.
Cualquier trabajo se enfrenta cotidianamente ante retos y problemas que requieren pronta respuesta. Lamentablemente, la mayoría de las veces nos dejamos llevar por la inercia y hacemos lo mismo una y otra vez, sin intentar algo nuevo. Creemos que la creatividad es solo cosa de artistas, sin considerar que resolver problemas o generar propuestas en la oficina, son procesos creativos.
Mi proceso para desarrollar una idea es a base de dibujos y palabras clave, algo que muchos pueden aplicar a su propia práctica. Analizar un problema complejo con muchas variables es más digerible con esquemas o dibujos, como cuando nos decían en la primaria a la hora de hacer sumas “hazlo con palitos y bolitas” para visualizar el resultado. Yo acostumbro escribir un párrafo corto con la idea central de la imagen y hacer un moodboard con las imágenes de inspiración.
Desafortunadamente, tenemos la idea que estos recursos visuales pertenecen sólo a quienes se dedican a las artes, y no es así. Todos podemos tomar un papel, lápiz o la tableta, y usar alguna app para crear un dibujo que nos ayude a desenmarañar el problema. Abordar la situación de manera diferente puede hacer un mundo de diferencia en cómo nos aproximamos a una solución y mejor aún, en cómo empezamos a confiar en nuestro instinto de creación. Qué importa que los dibujos no sean los mejores, hay que intentarlo.
Hay actividades que podemos hacer para ir cultivando y fortaleciendo la creatividad:
- Ten a la mano una libreta pequeña que puedas llevar contigo siempre (o casi siempre). Así cuando tengas una idea de lo que sea, escríbela o dibújala cuanto antes para no olvidarla.
- Si no eres de libreta, usa la app de notas de tu Smartphone y explótala al máximo. Pon notas de voz, fotos que te inspiren, haz dibujos, guarda ligas de cosas que te gustan. Escribe palabras clave.
- Dedica 15 minutos de tu día por lo menos a despejar tu mente, no pienses en el trabajo. Haz algo para ti en esos minutos.
- Si hay algún tema que te interese en particular, inspírate en cómo otras personas lo desarrollan. No te limites a las redes sociales, hay publicaciones impresas y digitales, videos, podcasts que te pueden dar más información sobre el tema.
- Y tengo que incluir algo de fotografía por supuesto. Usa la cámara de tu teléfono para fotografiar cosas que ves y te atraen. Observa cómo les llega la luz, su profundidad, y lo que te hacen sentir. Hazlo por varios días y conocerás algo nuevo sobre ti a través de las imágenes.
La clave en este tipo de prácticas es hacerlas frecuentemente, pon el tiempo y el momento para hacerlo. Después de un rato, esta práctica vendrá naturalmente y no será una tarea enorme ni difícil y te darás cuenta que has sido creativo por equis número de días sin notarlo. Para cuando te enfrentes a algún problema o decisión complicada, tendrás a la mano otras herramientas más que te ayuden a llegar a la solución prontamente.